El parque

Subimos las gradas hasta la obscura entrada cubierta por las ramas, del frío y silencioso parque.
Vigilado por extrañas siluetas entre la húmeda niebla y el fresco rocío, me llevaste hasta ese bello lugar que de tu mano conocí.
Entre tanto silencio, el siempre mudo y vigilante, fue nuestro testigo, ahora conoce nuestro secreto, ahora conoce nuestra ilimitada imaginación.
Como imaginarlo, como soñarlo, como dibujar ese momento, quizás no podríamos ni en mil vidas, vivirlo fue el encanto que vino por la magia de tu amor.
Fueron segundos, minutos, horas, no lo sé, el tiempo voló mas allá de mi comprensión, solo recuerdo que tu presencia me hizo olvidar todo lo que me rodeaba, pensé que esa noche daría un paso a la eternidad, pensé que me llevarías contigo, quizás tu compasión me retuvo y me devolvió a la realidad cuando oí el mensaje que mandaste con mi amada lluvia.